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Las fiestas de fin de año son una época de celebraciones, pero también pueden ser una montaña rusa emocional para muchas de nosotras. Entre la presión por cumplir con expectativas sociales, las reuniones familiares, la ansiedad por el nuevo año y el estrés de las compras, es fácil sentirse abrumada. Y si a todo esto le sumamos las emociones intensas que a veces surgen de la nada, nos encontramos con un cóctel de sensaciones que pueden dejarnos exhaustas física y emocionalmente.

Quiero hablarte de manera cercana, como una amiga que entiende lo que estás viviendo, porque sé lo importante que es cuidar de ti misma en estos momentos. No importa si eres madre, hija, amiga, trabajadora o mujer que vive sola, todas compartimos la misma necesidad de encontrar un espacio de calma, aún en medio del bullicio. Así que, hoy quiero ofrecerte herramientas prácticas y compasivas para gestionar el estrés, la ansiedad y las emociones intensas que suelen surgir durante las celebraciones. ¿Te animas a hacer este viaje de autocompasión conmigo?

En primer lugar, quiero que sepas que está bien sentirte abrumada, ansiosa o incluso triste durante las fiestas. La presión social por ser “feliz” en todo momento puede hacer que nos sintamos solas o “raras” cuando la realidad es todo lo contrario. No estás sola en esto. Es completamente natural sentir una mezcla de emociones cuando te enfrentas a un fin de año lleno de expectativas y de experiencias intensas, ya sea con la familia, los amigos o incluso contigo misma.

Lo más importante aquí es permitirte sentir. Y esto no significa que debas quedarte atrapada en emociones negativas, pero sí reconocer que las emociones son válidas y tienen algo importante que enseñarte.

Uno de los mayores factores de estrés durante las fiestas es la constante presión para estar disponible para todos: la familia, los amigos, el trabajo, las expectativas externas. A menudo nos olvidamos de poner límites, por miedo a decepcionar a los demás. Sin embargo, el autocuidado comienza con aprender a decir “no”.

Establecer límites claros no es ser egoísta, es un acto de amor propio. Pregúntate: ¿Qué necesito yo para sentirme bien? Quizás necesites descansar en lugar de asistir a todas las celebraciones. O tal vez necesites un momento a solas para reconectar contigo misma. Está bien no estar siempre disponible. Tu bienestar es una prioridad.

Durante las fiestas, nuestra mente tiende a irse al futuro (pensando en lo que viene en el nuevo año o preocupándose por si todo saldrá bien) o al pasado (recordando experiencias dolorosas). Este constante vaivén de pensamientos puede aumentar la ansiedad y el estrés.

El mindfulness, o atención plena, es una práctica simple y poderosa que te ayuda a centrarte en el presente. Puedes dedicar unos minutos al día para hacer respiraciones profundas, notar el tacto de la copa en tus manos, o simplemente observar el entorno sin juzgar. Respira profundamente y siente el momento presente. El solo acto de estar aquí y ahora puede disminuir significativamente el nivel de ansiedad y llevarte a un estado de calma.

A veces, en medio del caos de las fiestas, nos olvidamos de lo que ya tenemos. Es fácil caer en el ciclo de querer más, de buscar algo que aún no hemos logrado. Pero, un momento de gratitud puede cambiar por completo tu estado emocional.

Cada mañana o antes de dormir, tómate unos minutos para escribir tres cosas por las que te sientas agradecida. Puede ser algo tan pequeño como una taza de café caliente, el apoyo de una amiga o el simple hecho de tener un techo sobre tu cabeza. Practicar la gratitud no solo te ayuda a mantener una perspectiva positiva, sino que también mejora tu bienestar emocional al enfocarte en lo que ya tienes en lugar de lo que te falta.

La Navidad, el Año Nuevo y todas las festividades suelen venir acompañadas de expectativas no solo externas, sino también internas. Queremos que todo salga perfecto, que las reuniones familiares sean armoniosas, que nuestras casas se vean impecables. Pero la verdad es que la perfección es una ilusión.

Es importante liberarte de la presión de ser perfecta. Las imperfecciones hacen que los momentos sean más auténticos y memorables. Si algo no sale como lo habías planeado, respira y acepta que todo está bien. A veces, lo que más necesitamos es relajarnos y disfrutar de lo que ya está ocurriendo en lugar de anticipar lo que “debería” suceder.

El final del año es un buen momento para hacer un balance emocional. Haz una pausa, siéntate en silencio y reflexiona sobre tus sentimientos. ¿Qué te hace sentir bien durante estas fiestas? ¿Qué te causa ansiedad o tristeza? Hacer esta reflexión te ayuda a entender tus emociones, dándote el poder de gestionarlas mejor.

La reflexión no se trata solo de pensar en lo que te preocupa, sino también de reconocer los logros que has tenido durante el año. Si este año te ha dejado momentos difíciles, celebra también el simple hecho de haber sobrevivido. Este proceso de autocompasión te ayudará a entrar en el próximo año con una mentalidad más saludable.

Si en algún momento te sientes abrumada, ansiosa o emocionalmente agotada, es fundamental que busques apoyo. Habla con una amiga cercana, un miembro de tu familia o incluso un terapeuta. A veces, compartir lo que sientes y ser escuchada puede aliviar una gran carga emocional.

La salud mental es algo que debemos cuidar todo el año, pero especialmente en momentos como estos, donde las emociones pueden ser más intensas. Recuerda que no tienes que hacerlo sola. Hay mucha ayuda disponible si te abres a recibirla.

El descanso es fundamental, no solo para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente. Durante las fiestas, es fácil caer en la trampa de la sobrecarga, pero no subestimes el poder de un buen descanso. Asegúrate de dormir lo suficiente y de tomar descansos durante el día para recargar energías.

Si sientes que necesitas tiempo para ti, tómalo sin culpa. La vida no tiene que ser un constante dar sin recibir. La verdadera conexión contigo misma se encuentra en los momentos de quietud y tranquilidad.

Las fiestas pueden ser una época de emociones complejas, y es normal sentirse abrumada, estresada o ansiosa. Pero también es una oportunidad para cuidarte, reflexionar sobre el año que se va y prepararte para lo que viene. Recuerda que las emociones son una parte natural de ser humana, y está bien sentir lo que sientes. Si bien las fiestas pueden traerte momentos de alegría, también te invitan a reconectar contigo misma.

Espero que estas herramientas y reflexiones te ayuden a gestionar las emociones durante las fiestas de manera compasiva y saludable. No olvides que, ante todo, tu bienestar es lo más importante. Tómate tu tiempo, pon límites, busca apoyo cuando lo necesites, y sobre todo, sé amable contigo misma. Que estas fiestas te brinden paz, amor y un descanso merecido.

Si necesitas más apoyo, estoy aquí para acompañarte en tu proceso de sanación y bienestar. Puedes programar una consulta conmigo en línea y comenzar este nuevo año con las herramientas necesarias para cuidar de tu salud mental.

Con amor y apoyo

Imágenes: Adobe Stock

Written by

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.