Merecimiento y reconocimiento ¿Por qué me cuesta tanto reconocer y disfrutar mis logros?
Cuándo te suceden cosas bonitas ¿Qué te dices?
Cuando la vida se pone a tu favor ¿Cómo te tratas?
Cuando consigues un logro y no tienes que romperte para llegar a fin de mes y las cosas se dan sin caer en la frustración ¿Cómo lo festejas?
Por más injusta que sea tu vida ahora eso no significa que mañana tu vida no pueda ser mejor. Es mentira que las cosas no puedan cambiar, que tu economía siempre será igual y que no te puedas sostener a nivel emocional más adelante. Y no caigas en la trampa de creer que la vida te está castigando. No es un castigo, hay cosas que por más que queramos en nuestra vida, serán imposible de conseguir, no eres tú, es la vida.
Hay personas que creen que el simple hecho de ser “buenas personas” la vida les debe algo. Claro, la bondad debería ser premiada, pero la triste realidad es que no es así.
El merecimiento es el espejo de tus esfuerzos. Claro, me dirás que hay personas que no se esfuerzan y tienen más que tú. Deja de poner el foco en otras personas, porque lo vas a pasar mal.
Aunque la vida en muchas ocasiones te ha dicho que no lo vas a conseguir o que eras incapaz de salir del contexto de limitaciones, inestabilidad económica y que vas a tener una vida llena de incertidumbre, mereces que te pasen cosas bonitas.
Merecimiento una palabra que tanto nos cuesta adoptar cuando la autoexigencia y la dureza con uno misma se hace presente.
Me gusta ver el merecimiento como un recordatorio de todo lo que hiciste para llegar al lugar que hoy te encuentras. No es suerte, no es casualidad, son tus esfuerzos y la misma vida diciéndote que las cosas se pueden poner a tu favor. Claro que la vida se puede poner a nuestro favor, porque asumimos la responsabilidad de movernos, hacer cambios, no creer o escuchar todas las creencias de escasez que adornan nuestro diálogo interior.
Y lo sé, quieres detenerte y festejar esas cosas bonitas que están pasando en tu vida. Pero no sabes como hacerlo, no sabes como hacer esa pausa que tanto necesitas para ver con amor y gratitud el lugar donde hoy te encuentras. El merecimiento es conectar con el presente y dejar nuestra autoexigencia debajo de la cama.
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Más adelante vas a necesitar ser exigente contigo, ahora necesitas ser compasiva, para festejar y reconocer lo capaz que eres.
¿Por qué me cuesta festejar mis logros?
La cultura del esfuerzo nos ha enseñado que las cosas, para merecerlas hay que ganarlas. Y tiene lógica, necesitamos movernos para que nuestra vida cambie. Al menos que pase un milagro divino del cielo, te ganes la lotería o un familiar te empuje a hacer cosas nuevas. Es que incluso con todo lo que te he mencionado anteriormente hay un esfuerzo y compromiso.
Muchas veces nos esforzamos para agradar a los demás o buscar una validación exterior. Y cuando eso sucede nos cuesta ver los logros como algo positivo. Es que es imposible disfrutar algo que no te sientas motivada o lo veas parte de quien eres.
Sin merecimiento no hay amor propio y viceversa
El amor propio habla de la estima que te tienes, el valor que sabes que posees. Cuando tienes una relación sana contigo misma, no te cuesta reconocer todo lo que haces para que tu vida sea mejor.
El merecimiento y reconocernos habla de nuestro valor propio. No eres una engreída por reconocer que eres buena en muchas cosas que haces. Y eso está bien, deberías ser la primera persona en estar en primera fila en tu vida. Aplaudirte y festejarte es una muestra de amor propio. Que no tiene nada que ver con el ego.
Tu amor propio te enseña qué cosas necesitas seguir sosteniendo y que cosas necesitas dejar de hacer, porque quizás esas cosas no tienen nada que ver con tus valores, creencias o la versión de quien quieres ser más adelante.
Solo tienes que ir a tu infancia para ver porque te cuesta tanto conectar con el merecimiento y reconocimiento. ¿Cómo reconocían tus logros? ¿Cómo te corregía cuando hacías algo “malo”? ¿Cómo te reforzaban cuando querías alcanzar algo nuevo en tu vida?
¿Dónde está tu autocompasión?
¿Qué percepción sueles tener sobre ti misma? ¿Cuáles son las expectativas que te mueven y te hacen sostenerte en tu día a día? ¿Cuáles son tus sueños? ¿Y dónde quieres verte dentro de cinco años?
Dirás ¿Qué tiene que ver la autocompasión con el merecimiento? Amiga, mucho. La autocompasión te centra en el aquí y ahora. Es un espejo donde puedes verte en todos los escenarios y a la vez gracias a ella, puedes ver tus esfuerzos y tus logros alcanzados. No te hace pedir más de lo que ya puedes dar.
La autocompasión es susurrarte al oído, lo has conseguido, puedes disfrutarlo.
Desconexión contigo misma
No te castigues si te sientes identificada. Me ha pasado. La desconexión con una misma nos lleva a no ver todo lo que hemos hecho para estar en el lugar que nos encontramos. Es como si existiera una nube gris que no nos permite ver la luz que rodea nuestra vida.
Esa desconexión no te permite verte, escucharte y estar ahí para ti.
Cuando hay desconexión con una misma no confiamos en nosotras.
Y lo pasamos mal cuando no tenemos confianza en una misma. Tu desconfianza limita tu capacidad de verte más allá de lo negativo. Tu desconfianza te hace creer que no eres merecedora de cosas bonitas.
Los beneficios del merecimiento y el reconocimiento
· Pones en equilibrio tu nivel de autoexigencia. Necesitamos la autoexigencia, pero es importante saber cuando necesitamos tenerla cerca.
· Cambias tu diálogo interior. Ya no estas criticando tus errores, reconoces que tienes derecho a equivócate y rectificar.
· Eres tu amiga, esa que no solo ve las cosas negativas que tienes. Te conviertes en tu aliada, tu fan.
· Bajas tu tolerancia a la frustración, porque ver tus logros es una manera de entender que hay cosas que sí puedes hacer bien y otras no.
· Te sientes realizada.
· Conectas con el sentimiento de ser suficiente. Porque el reconocimiento te guía para sostener las cosas que puedes hacer bien.
Mantras de merecimiento y reconocimiento
· Merezco que me pasen cosas buenas.
· Merezco disfrutar mis logros cuando ellos se hacen presentes.
· Merezco reconocer mis esfuerzos y todo lo que hago para hacer realidad mis mayores sueños.
· Merezco sentirme digna de cosas bonitas.
· Merezco aplaudirme cuando la vida me sonríe.
· Merezco festejarme cada vez que consigo avanzar más en la vida.
· Merezco hacer pausa para disfrutar las cosas bonitas que estoy logrando.
· Merezco ser compasiva conmigo y no pedirme más cuando las cosas están funcionando.
Merezco escucharme y saber cuándo mis necesidades se han saciado.
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Alexa Dacier
Psicóloga online / Terapeuta sexual y de pareja
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