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Sé que a veces parece que no hay otra opción, como si tu felicidad dependiera de cumplir con las expectativas de los demás. Pero al final del día, te sientes agotada, vacía, como si hubieras estado persiguiendo algo que no tiene sentido. Ese es el ciclo del abandono emocional, y aunque puede ser difícil de reconocer, es posible salir de él.

Cuando anteponemos constantemente el bienestar de los demás al nuestro, nos desconectamos de lo más importante: nosotras mismas. El amor propio, el cuidado emocional, la tranquilidad… todo eso se ve desplazado por las demandas externas, y lo que antes era un camino hacia el bienestar se convierte en una montaña rusa de estrés, agotamiento y, muchas veces, frustración.

En muchas ocasiones, el miedo al egoísmo nos lleva a anteponer las necesidades de los demás. Queremos ser queridas, aceptadas, valoradas, y pensamos que eso solo se consigue sacrificándonos, cumpliendo con todo lo que los demás esperan de nosotras. Sin embargo, este miedo nos ciega ante la verdad: el amor propio no es egoísmo, es una necesidad.

Sí, nos han enseñado a ser generosas, pero la generosidad no debe significar olvidarnos de nuestra propia humanidad. El verdadero amor, el que perdura y nos nutre, es el que primero nace de nosotras mismas.

El impacto de este abandono emocional

Cuando te olvidas, cuando no escuchas tus propias necesidades, no solo te agotas, sino que también pierdes de vista lo que realmente quieres y quién eres. Terminas siendo una versión de ti misma que trata de complacer a los demás, olvidando tus propios sueños, tus límites, tus deseos.

Esta desconexión puede llevarte a sentirte triste, perdida, ansiosa. Te preguntas: “¿Cómo llegué aquí? ¿Quién soy realmente?”. Es una sensación común cuando nos dejamos arrastrar por las expectativas ajenas. Pero quiero que sepas que no hay nada malo en cuidar de ti misma. No eres egoísta por poner tus necesidades primero. De hecho, cuando lo haces, te conviertes en una mejor versión de ti misma para los demás. Amiga priorizarte vale la pena, no tengas miedo en hacerlo.

La buena noticia es que, aunque pueda parecer difícil, salir de este ciclo es posible. Y lo primero que quiero que sepas es que mereces estar bien. Merezco sentirte valorada, cuidada, respetada, y eso empieza por ti misma. Aquí te dejo algunas ideas para empezar a cuidar de ti, sin culpa ni miedo:

1. Escucha tu cuerpo y tus emociones

Haz el esfuerzo consciente de frenar y escuchar lo que tu cuerpo y tu corazón te dicen. Si estás cansada, si te sientes ansiosa o triste, toma un momento para detenerte y preguntarte: “¿Qué necesito ahora?”. No ignores esas señales.

Escucharte es un regalo donde te das el permiso de hacerte presente en tu propia vida.

2. Aprende a poner límites

Decir “no” no te hace mala persona. Al contrario, es una forma de cuidar tu espacio emocional. Establecer límites claros te permite respetar tus propias necesidades sin sentirte culpable por no poder estar disponible para todo el mundo todo el tiempo.

Abandona la idea de que tu única misión en este mundo es complacer a las personas que te rodena. Amiga, nadie te dará un precio por ello.

3. Haz tiempo para ti misma

No se trata de grandes gestos; a veces, solo necesitas unos minutos para respirar, leer un libro, hacer una caminata o simplemente estar en silencio. Encuentra esos momentos para ti y hazlos parte de tu rutina.

De verdad, no necesitas 24h para cuidarte, con tener la intención de hacerlo durante cinco minutos al día puede ser suficiente. Deja de buscar excusas para no priorizarte.

4. Reconoce tu valor

Deja de medir tu valía en función de lo que haces por los demás. Eres suficiente tal como eres. Celebra tus logros, por pequeños que sean, y no pongas tu felicidad en lo que otros piensen de ti. Eres única, y esa autenticidad es lo que te hace valiosa.

¿Sueles reconocerte? ¿Te dedicas tiempo para hacer balance sobre tus progresos, por más pequeños que sean?

5. Permítete sentir y pedir ayuda

No estás sola en esto. A veces, hablar con alguien de confianza, compartir tus sentimientos o incluso buscar el apoyo de un terapeuta puede hacer toda la diferencia. No tienes que cargar con todo por ti misma.

Habla, no dejes que las cosas que no sabes gestionar se queden reprimidas dentro de ti, te pueden hacer mucho daño.

Recuerda, no eres egoísta por cuidarte

Querida amiga, quiero que recuerdes algo muy importante: cuidarte no es egoísmo, es supervivencia emocional. Si no te cuidas a ti misma, si no pones límites, si no escuchas tus necesidades, te arriesgas a perderte. Pero también quiero que sepas que siempre puedes volver a ti misma. Es un proceso, y es un acto de amor.

Tú eres lo más importante en tu vida. Al cuidar de ti, te das la oportunidad de ser una mejor amiga, madre, hija, compañera. Pero antes que nada, eres un ser valioso que merece ser cuidado, querido y respetado, especialmente por ti misma.

Así que, amiga, deja de abandonarte. Te mereces amor, descanso, y, sobre todo, conexión contigo misma. El bienestar que buscas comienza dentro de ti.

Te deseo que puedas darte la oportunidad de comenzar a sostener la relación que tienes contigo misma desde un lugar compasivo. Hazlo, te necesitas.

Written by

Alexa Dacier

Alexa Dacier / Psicología / Terapeuta sexual y de pareja
Todos necesitamos donde apoyarnos cuando emocionalmente creemos que no podemos más.

Aquí nos damos el permiso para:
Sentir.
Soltar.
Amar.
Aprender a poner límites.
Reconstruir nuestros vínculos afectivos.
Sostener relaciones sanas.
Aplicar la autocompasión.
Cambiar el dialogo interior.